Bolitas de queso de calabaza

De todas las recetas de mi libro, quizás las que más me guste preparar sean las que tienen calabaza fermentada como base. Me es difícil escoger entre todas, porque la verdadera cocina con alimentos crudos y vivos me fascina en todas sus propuestas, pero la transformación que sufre este vegetal en el proceso de fermentación es sorprendente.En mi libro incluyo tres variaciones con este ingrediente tan especial y rebosante de vitalidad. Aunque las variaciones serán tantas como te permita tu creatividad.

Yo me organizo la semana generalmente los domingos por la tarde, cuando ya casi ha pasado el fin de semana y he tenido tiempo de descansar y desconectar del intenso trabajo de dar clases en la Universidad durante la semana. Y, al contrario de lo que pueda parecer, los quesos crudiveganos son los mejores aliados para poder organizar los menús semanales con alimentos súper nutritivos y 100% salud sin necesidad de pasar más de 5 minutos en la cocina por comida. Si empiezo a fermentar las bases el domingo, durante la semana hay quesos, literalmente, de todo tipo sin necesidad de mucha variación de ingredientes; ya que pasan de su fase más cremosa y joven a su formato de curado o semicurado a lo largo de la semana. Es más, si te animas con las fermentaciones y curados más largos, preparando cantidades más grandes, puedes tener variaciones curadas o envejecidas de estos quesos vegetales durante semanas e incluso meses.

Una de las variaciones que me gusta preparar con la versión del “Queso cremoso de calabaza fermentada y almendras” que encuentras en mi libro son estas bolitas de queso rebozadas en cáñamo pelado. Yo las añado a mi ensalada de brotes y germinados que cultivo en casa para aportar un extra de omega 3 del mejor. Esta semillita contiene mucho omega del más saludable a parte de ser de lo más digestiva y deliciosa. Tan sólo una cucharada sopera de esta súper semilla tiene ella solita casi 1 g de omega 3, el 85% de omega 3 recomendado a diario, y más de 3 g de proteínas, entre las que se encuentran todos los aminoácidos esenciales en proporciones bastante elevedas. Son también ricas en zinc y en selenio, dos oligoelementos de importancia vital para un buen metabolismo, reforzar el sistema inmune, las funciones hormonales, el sistema respiratorio, el sistema reproductivo y los tejidos, para mejorar la circulación de la sangre y tienen un gran poder antioxidante, tanto, que se les atribuye un papel clave para prevenir y combatir enfermedades degenerativas como el cáncer, especialmente si se consumen en sinergia con la vitamina E, también contenido en estas súper semillitas. Pero, a nivel de minerales, son sobre todo muy ricas en manganeso, magnesio y fósforo, que no sólo benefician la salud de nuestro esqueleto, sino que son claves para estimular el metabolismo, el sistema neurológico y el cerebro, regulan el sistema hormonal, previenen y controlan la diabetes, previenen la osteoporosis, tienen un potente efecto antiinflamatorio y antioxidante…

Así que si quieres hacerte un favor, a tí y a tu cuerpo físico, estas semillitas no pueden faltar en tu plato; y ya lo ves, con un poco basta para obtener mucho. Yo las combino con los alimentos más alcalinizantes y vitalizantes, como los fermentados, las almendras y, los más vitalizantes de todos, los germinados y los brotes. En tu cocina nada de esto puede faltar, tanto para nutrirte como para disfrutar, ¡son deliciosos!

Bon appétit!

Ingredientes

Para 2 raciones

  • 1 receta de queso cremoso de calabaza fermentada y almendras, en mi libro Pan con queso
  • 3 C de semillas peladas de cáñamo
  • 4 setas grandes ecológicas (shiitake, maitake o tus setas preferidas)
  • 1 C de ume su, eco y sin filtrar
  • 4 T de germinados variados (yo he utilizado de rabanito rosa, de kale y de daikón)
  • 1 tallo tierno de apio, troceado finito hojas incluidas
  • Aceite de oliva virgen extra, al gusto

Método

  1. Trocear las setas con los dedos siguiendo las estrías del sombrero e incluyendo el pie, o bien trocear en láminas finitas con un cuchillo. Colocar en un bol con el ume su y masajear con las dedos hasta que se ablanden y empiecen a soltar su propio líquido. Dejar macerando mientras se prepara el resto de ingredientes de la ensalada.
  2. Hacer porciones de una cucharada sopera con el queso cremoso de calabaza y rebozar con las semillas de cáñamo. Reservar.
  3. Mezclar los brotes y el apio recién cortado en un bol grande y servir en dos boles o platos individuales. Aderezar con el aceite de oliva y añadir las bolitas de queso de calabaza rebozadas en cáñamo y las setas y servir.